El trastorno bipolar es una enfermedad mental que afecta al 4,4 % de los adultos estadounidenses en algún momento de su vida, según el Instituto Nacional de Salud Mental.
El NIMH define el trastorno bipolar como una enfermedad mental que provoca cambios inusuales en los niveles de energía, concentración, estado de ánimo y actividad de una persona.
Existen tres tipos de trastorno bipolar que varían en niveles de gravedad: bipolar I, bipolar II y ciclotímico.
El bipolar I es la forma más grave, que se define por episodios maníacos que pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento de una persona durante un máximo de una semana.
El bipolar II es similar al primero, pero sus episodios maníacos, llamados hipomaníacos, son menos graves, mientras que los ciclotímicos son aún menos intensos.
Robert Beech, psiquiatra de Yale, afirma que se desconoce la causa del trastorno bipolar, pero se cree que incluye factores genéticos y ambientales.
El riesgo de que un niño desarrolle bipolaridad es del 10 % si uno de sus progenitores padece el trastorno, cifra que se dispara al 40 % si ambos lo tienen.
Los traumas infantiles, los antecedentes de consumo de sustancias ilegales y el estrés también se han relacionado con las causas de los episodios maníacos/depresivos.
Las estrategias para ayudar a controlar el trastorno bipolar son la meditación, el registro del ciclo del sueño y evitar el estrés innecesario o el consumo de sustancias.
Chase Anderson, de la Universidad de California, instó a los afectados a medicarse y hablar con un terapeuta para que les ayude a sobrellevar el trastorno.
El NIMH define el trastorno bipolar como una enfermedad mental que provoca cambios inusuales en los niveles de energía, concentración, estado de ánimo y actividad de una persona.
Existen tres tipos de trastorno bipolar que varían en niveles de gravedad: bipolar I, bipolar II y ciclotímico.
El bipolar I es la forma más grave, que se define por episodios maníacos que pueden afectar el estado de ánimo y el comportamiento de una persona durante un máximo de una semana.
El bipolar II es similar al primero, pero sus episodios maníacos, llamados hipomaníacos, son menos graves, mientras que los ciclotímicos son aún menos intensos.
Robert Beech, psiquiatra de Yale, afirma que se desconoce la causa del trastorno bipolar, pero se cree que incluye factores genéticos y ambientales.
El riesgo de que un niño desarrolle bipolaridad es del 10 % si uno de sus progenitores padece el trastorno, cifra que se dispara al 40 % si ambos lo tienen.
Los traumas infantiles, los antecedentes de consumo de sustancias ilegales y el estrés también se han relacionado con las causas de los episodios maníacos/depresivos.
Las estrategias para ayudar a controlar el trastorno bipolar son la meditación, el registro del ciclo del sueño y evitar el estrés innecesario o el consumo de sustancias.
Chase Anderson, de la Universidad de California, instó a los afectados a medicarse y hablar con un terapeuta para que les ayude a sobrellevar el trastorno.
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