Fotógrafo Valoy: Balaguer me envió a tomar la fotografías del cadáver de Caamaño
- hace 10 meses
Antonio García Valoy, el reportero gráfico de muchos e importantes acontecimientos históricos, para el Listín Diario, reveló que fue Joaquín Balaguer directamente quien le solicitó ir a las montañas de San José de Ocoa, a tomar las fotografías donde se presentaba el cadáver el coronel Francisco Alberto Caamaño, y que la petición del presidente fue muy clara en el sentido de que se fotografiara al muerto “y que no quede ninguna duda” de que era Caamaño.
García Valoy reveló que le puso como condición a Balaguer pedir autorización al director del Listín, Rafael Herrera, para poder hacer ese servicio. Fue el 17 de febrero de 1973, y junto con García Valoy asistieron al lugar el camarógrafo Marino Guzmán y el periodista del diario El Caribe, José Goudy Pratt. Los tres fueron conducidos en un jeep militar por la zona del Cibao, hasta Piedra Blanca, y desde allí tomaron la carretera hacia Rancho Arriba.
Explicó que al llegar al lugar donde estaba el cadáver, era evidente que lo habían trasladado desde otro sitio, y que el cuerpo de Caamaño estaba boca arriba, y que él pidió que voltearan el cuerpo para poder ver y tomar fotografías de su espalda. Los militares hicieron todo cuanto él solicitó, mientras que varios oficiales estaban subidos en un vehículo militar y desde lejos observaban el trabajo de los periodistas. Las últimas fotografías de Caamaño, ya cadáver, las tomó Antonio García Valoy. También las fotografías de Eberto Lalane José, cuyo cuerpo estaba algo retirado del cuerpo de Caamaño.
García Valoy también relató que en 1964 le correspondió tomar fotografías de un encuentro privado entre Juan Bosch y Joaquín Balaguer, en la nunciatura apostólica, frente al nuncio Enmanuel Clarizio. Explicó que fue el único testigo de ese encuentro, y que se le ordenó tomar las fotografías y marcharse, sin referirse a lo que allí se hablaba. Dijo que Balaguer y Bosch se trataban de Junito y Elito, y que entre ellos había mucha empatía, y que Juan Bosch llegó a decirle a Balaguer que este era su tiempo, que él podría controlar el país. Recordó que en un momento, siendo presidente, Joaquín Balaguer le preguntó qué fue lo que se trató en ese encuentro y la respuesta que él le dio fue “Presidente, no me acuerdo”. Y Balaguer sonrió, cómplice.
Vea la entrevista completa:
García Valoy reveló que le puso como condición a Balaguer pedir autorización al director del Listín, Rafael Herrera, para poder hacer ese servicio. Fue el 17 de febrero de 1973, y junto con García Valoy asistieron al lugar el camarógrafo Marino Guzmán y el periodista del diario El Caribe, José Goudy Pratt. Los tres fueron conducidos en un jeep militar por la zona del Cibao, hasta Piedra Blanca, y desde allí tomaron la carretera hacia Rancho Arriba.
Explicó que al llegar al lugar donde estaba el cadáver, era evidente que lo habían trasladado desde otro sitio, y que el cuerpo de Caamaño estaba boca arriba, y que él pidió que voltearan el cuerpo para poder ver y tomar fotografías de su espalda. Los militares hicieron todo cuanto él solicitó, mientras que varios oficiales estaban subidos en un vehículo militar y desde lejos observaban el trabajo de los periodistas. Las últimas fotografías de Caamaño, ya cadáver, las tomó Antonio García Valoy. También las fotografías de Eberto Lalane José, cuyo cuerpo estaba algo retirado del cuerpo de Caamaño.
García Valoy también relató que en 1964 le correspondió tomar fotografías de un encuentro privado entre Juan Bosch y Joaquín Balaguer, en la nunciatura apostólica, frente al nuncio Enmanuel Clarizio. Explicó que fue el único testigo de ese encuentro, y que se le ordenó tomar las fotografías y marcharse, sin referirse a lo que allí se hablaba. Dijo que Balaguer y Bosch se trataban de Junito y Elito, y que entre ellos había mucha empatía, y que Juan Bosch llegó a decirle a Balaguer que este era su tiempo, que él podría controlar el país. Recordó que en un momento, siendo presidente, Joaquín Balaguer le preguntó qué fue lo que se trató en ese encuentro y la respuesta que él le dio fue “Presidente, no me acuerdo”. Y Balaguer sonrió, cómplice.
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