La comida nos cautiva por su sabor, por su aspecto, por sus propiedades nutricionales y también por su sonido y texturas. Me explico: sentir el crujido al masticar estallando en la boca es un estímulo que por sí solo nos seduce e incentiva a comer. En círculos neurocientíficos se le conoce como la “música de la masticación”.
Con las comidas crujientes el cerebro interpreta que el alimento está en buen estado, que es apetitoso y saludable y no puede resistirse a consumirlo. Nuestros mecanismos neurológicos nos convencen de que todo lo que cruje en nuestra boca es, en apariencia, más saludable.
La receta de los crackers de legumbres y avena producen ese efecto satisfactorio y apetitoso en nuestro cerebro. Además, son caseros, fáciles de hacer y están elaborados con ingredientes saludables y nutritivos como las alubias blancas, la avena, las semillas y las especias que le dan sabor. Sin aditivos, grasas ni harinas. Todos estos ingredientes que uso en esta receta puedes encontrarlos en tu supermercado Lidl Canarias más próximo.
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