• hace 2 años
Felipe VI regañó, junto a la reina Letizia, a Pedro Sánchez y su esposa Begoña Gómez en el besamanos previo a la cena de gala en el Palacio Real dentro de los actos en torno a la Cumbre de la OTAN que se celebra en Madrid.

En un supuesto descuido del protocolo, el presidente del Gobierno tuvo un gesto que se puede interpretar como un ‘feo’ a la Monarquía. Todo ocurrió cuando, después de saludar a los Reyes de España, Sánchez desaparecía de la escena raudo y veloz. Como si quisiera pasar cuanto antes el incómodo momento o si buscase una forma de evadir la fotografía junto a Felipe VI y doña Letizia.

Un descuido u ofensa que no toleró el Monarca, quien se dio cuenta y llamó al presidente, para que se diera la vuelta y posase con ellos para la fotografía de rigor. La cara del líder del PSOE se muestra incómoda al tener que regresar, mientras que la reina tampoco se ve muy contenta de tenerle a su lado.

No es la primera vez que ocurre algo así, lo que hace pensar que no se tratan de errores puntuales de protocolo.

Uno de los episodios más sonados ocurrió cuando, después de pasar la fase más dura de la pandemia, España y Portugal escenificaron la reapertura de su frontera común. De nuevo, fue Felipe VI quien tuvo que corregir a Sánchez para señalarle el lugar correcto en el que debía situarse (ya que buscaba robarle el protagonismo de la instantánea), en un acto en el que también participaban el primer ministro luso, António Costa, y su presidente, Marcelo Rebelo de Sousa.

En Bruselas también han tenido que corregir a Sánchez ante otra improvisación en el protocolo como cuando el entonces presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Juncker, tuvo que llamarle la atención por ponerse a atender a la prensa en un photocall en el que estaba estipulado que sólo se harían fotografías.

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