En el oeste irlandés más salvaje, una roca se alza entre las olas como la proa de un barco. És Dún Briste, una mole separada 228 m de tierra firme desde que en 1393 una violenta tormenta la quebró y dejó varada frente a la costa. Mide 45 m de altura, 63 m de largo y 23 de ancho, dimensiones que la convierten en una escultura de piedra excepcional para ser fotografiada desde los prados de Downpatrick Head. Este cabo se considera un enclave sagrado pues aquí san Patricio, el patrón de Irlanda, fundó una de las primeras iglesias de la isla.
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