Cuando al presidente de Perú, Pedro Castillo, se le pregunta cómo se definiría ideológicamente, la respuesta puede resultar sorprendente. “Soy un provinciano, un maestro andino que abraza las necesidades del país”, dice.
En este video mira lo más destacado de la segunda parte de la entrevista de Castillo en Conclusiones.
En la conversación que Castillo sostuvo con Fernando del Rincón, la primera entrevista exclusiva que el presidente peruano concede a un medio internacional, queda claro que esa concepción suya podría ser parte de su propia inexperiencia en labores de gobierno que, a su vez, se extrapola a su política exterior.
Seis meses después de llegar al poder, Castillo evita tomar partido sobre la situación de los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, acusados de perseguir, encarcelar y violar los derechos humanos de los disidentes.
¿Son Cuba, Venezuela y Nicaragua dictaduras? El presidente responde: “A mí me gustaría tener una América Latina bien unida”, o “Cuba es un país hermano”. Solo después de varios intentos se limita a sentenciar: “Habrá que preguntarles a los cubanos”.
Con Venezuela sigue el mismo guion. “Yo tengo muchos venezolanos acá y el problema no son los venezolanos. El problema son los delincuentes. Los mismos venezolanos en contra de los venezolanos que les roban”.
Para Castillo la razón por la que miles de venezolanos han emigrado a Perú se reduce a que “también hay muchos peruanos que viven allá (en Venezuela)”.
El presidente no ha tomado en cuenta en su análisis la profunda crisis política y económica que azota al país caribeño, cuyo PIB cayó 76% entre 2014 y 2021, según un informe de la organización Observatorio Venezolano de Finanzas y que causó en buena medida la estampida de seis millones de venezolanos, de acuerdo con los cálculos de la Organización Internacional de las Migraciones.
¿Acaso tiene miedo el presidente a pronunciarse sobre estos tres países? En cámara niega cualquier temor. Castillo no alza la voz contra regímenes que han sido acusados en reiteradas ocasiones por violar los derechos humanos, pero sí reconoce que no le gustaría que Perú se convirtiera en uno de esos modelos. “Perú es rico en todo. Yo jamás voy a traer un modelo de afuera. Pienso crear un verdadero modelo democrático, abierto con los peruanos”.
La petición de una salida al mar para Bolivia
A Castillo le persiguen las declaraciones de su pasado. Cuando ni siquiera le pasaba por la cabeza ser candidato reivindicó en un evento la salida al mar para Bolivia. Ahora, como presidente, tiene otra estrategia.
“Yo no le estoy diciendo que le voy a dar el mar para Bolivia (…) Ahora nos pondremos de acuerdo, le consultaremos al pueblo. Para eso se necesita que el pueblo se manifieste” porque el suyo, asegura, es un modelo “totalmente democrático”.
En este video mira lo más destacado de la segunda parte de la entrevista de Castillo en Conclusiones.
En la conversación que Castillo sostuvo con Fernando del Rincón, la primera entrevista exclusiva que el presidente peruano concede a un medio internacional, queda claro que esa concepción suya podría ser parte de su propia inexperiencia en labores de gobierno que, a su vez, se extrapola a su política exterior.
Seis meses después de llegar al poder, Castillo evita tomar partido sobre la situación de los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, acusados de perseguir, encarcelar y violar los derechos humanos de los disidentes.
¿Son Cuba, Venezuela y Nicaragua dictaduras? El presidente responde: “A mí me gustaría tener una América Latina bien unida”, o “Cuba es un país hermano”. Solo después de varios intentos se limita a sentenciar: “Habrá que preguntarles a los cubanos”.
Con Venezuela sigue el mismo guion. “Yo tengo muchos venezolanos acá y el problema no son los venezolanos. El problema son los delincuentes. Los mismos venezolanos en contra de los venezolanos que les roban”.
Para Castillo la razón por la que miles de venezolanos han emigrado a Perú se reduce a que “también hay muchos peruanos que viven allá (en Venezuela)”.
El presidente no ha tomado en cuenta en su análisis la profunda crisis política y económica que azota al país caribeño, cuyo PIB cayó 76% entre 2014 y 2021, según un informe de la organización Observatorio Venezolano de Finanzas y que causó en buena medida la estampida de seis millones de venezolanos, de acuerdo con los cálculos de la Organización Internacional de las Migraciones.
¿Acaso tiene miedo el presidente a pronunciarse sobre estos tres países? En cámara niega cualquier temor. Castillo no alza la voz contra regímenes que han sido acusados en reiteradas ocasiones por violar los derechos humanos, pero sí reconoce que no le gustaría que Perú se convirtiera en uno de esos modelos. “Perú es rico en todo. Yo jamás voy a traer un modelo de afuera. Pienso crear un verdadero modelo democrático, abierto con los peruanos”.
La petición de una salida al mar para Bolivia
A Castillo le persiguen las declaraciones de su pasado. Cuando ni siquiera le pasaba por la cabeza ser candidato reivindicó en un evento la salida al mar para Bolivia. Ahora, como presidente, tiene otra estrategia.
“Yo no le estoy diciendo que le voy a dar el mar para Bolivia (…) Ahora nos pondremos de acuerdo, le consultaremos al pueblo. Para eso se necesita que el pueblo se manifieste” porque el suyo, asegura, es un modelo “totalmente democrático”.
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