• hace 3 años


James Phelps aparca llega a lo que parece ser un parque. En un pequeño banco con mesa está sentado un hombre, este se levanta y se marcha dejando una bolsa de papel. Dentro hay una casette y una foto.

Buenas días, señor Phelps.

Hace doce años, este hombre, Anton Malek (foto), fue infiltrado en la República Federal Popular para espiar su programa de investigación nuclear.

Ahora sufre una enfermedad incurable y está actuando por su cuenta contra las ordenes de su país.

Pasado mañana, a las cuatro, Malek convertirá un reactor nuclear en una bomba atómica que arrasará la capital y provocará una guerra atómica.

Cualquier intento de detener a Malek solo hará adelantar la hora de ejecución del plan.

Su misión, Jim, será detener a Malek.

Si usted, o alguno de sus agentes, resulta capturado o muerto, negaremos cualquier conocimiento de sus actividades.

Esta grabación se autodestruirá en cinco segundos.

Buena suerte.

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