Hacer un producto del residuo de las naranjas amargas, base del cambio energético en Sevilla

  • hace 3 años
Sevilla, 11 feb (EFE).- Convertir un residuo en un producto es la base del Ayuntamiento de Sevilla para crear un centro ambiental autosuficiente energéticamente en su mayor estación depuradora de aguas residuales, y parte de esos residuos son los tres millones de naranjas amargas de los 50.000 árboles que hay en la ciudad.
"Con las naranjas, nosotros lo que traemos son residuos, y cuando las exprimen las están convirtiendo en un producto. Es el verdadero cierre de la economía circular", explica el director general de Parque y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla, Fernando Mora-Figueroa.
Para el centro ambiental, un proyecto que se pretende poner en funcionamiento en 2023 y para el que existe una partida de 18 millones de euros, se usan por segundo año consecutivo las naranjas, aprovechando que Sevilla tiene el mayor parque de este tipo de árboles de Europa y de que gran parte de ellas se desechaban.
Benigno López, jefe de la división de medio ambiente de la empresa municipal de aguas de Sevilla, Emasesa, detalla que el 50 por ciento de las naranjas es zumo, con el que se produce energía a través del biogás para el funcionamiento de la depuradora del Copero, y el otro 50 por ciento es cáscara, que se emplea para compost agrícola.
Por cada tonelada de naranja se generan aproximadamente 500 litros de zumo y 500 kilos de cáscara, y con mil kilos de este producto se producen 50 kWh de energía eléctrica, el equivalente al consumo de cinco viviendas en un día, según la experiencia acumulada en el primer año de su utilización.
Este uso es un "ejemplo de manual" de la economía circular, con el que, además, se "mitiga" el cambio climático por la reducción del consumo energético, subraya López antes de destacar que la depuradora del Copero consume al año 13,4 millones de Kwh, el equivalente a 4.000 viviendas.
Desde que en 2017 empezaron a experimentar el autoconsumo energético en el Copero, que es la mayor de Andalucía y de las cuatro depuradoras de Sevilla, han logrado que solo tengan que importar el 5 por ciento de la que necesitan gracias a los lodos y a otros residuos animales y vegetales, según López.
El director de Parques y Jardines recuerda que hace unos años "el residuo más horrible era el lodo, no se había qué hacer con ellos. Ahora es un producto", resalta para analizar el modo de actuación que se debe seguir a pesar de que sea un proceso en el "se tarda" tiempo y que no es rentable financieramente, pero sí desde el punto de vista ambiental.
"Es un camino que no puede tener retorno" y que requiere inversión y equipamiento tecnológico "potente", asevera Mora-Figueroa, quien pretende que en los próximos años se puedan llevar al nuevo complejo ambiental todos los restos vegetales de Sevilla para producir energía.
Si se logra que todos los residuos vegetales de Sevilla se empleen para energía y compost agrícola "estaremos dando un salto tremendo", no solo por ese doble uso sino por los combustibles fósiles que se dejan de utilizar, añade el director

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