• hace 3 años
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Cuando Shimizu Mokomi era una niña, creó su propio mundo imaginario. Ella tenía conversaciones con juguetes de peluche, piedras y plantas. También podía sentir las emociones de los objetos inanimados. Debido a esto, la gente la consideraba una niña rara y la regañaban. Mokomi dejó de ir a la escuela cuando estaba en quinto grado de la escuela primaria. Finalmente se graduó de la escuela secundaria tomando cursos por correspondencia. Ella continuó pasando la mayor parte de su tiempo hablando con cosas en su habitación y entregándose a su mundo de fantasía. Sin embargo, no siempre se quedó adentro. Su hermano mayor a veces la sacaba. A la edad de 20 años, Mokomi comenzó a trabajar a tiempo parcial en una pequeña fábrica por recomendación de su madre. Su trabajo consistía en seleccionar los artículos defectuosos. Un año después, Mokomi todavía tiene su trabajo de medio tiempo en la fábrica y lo hace bien. A veces, habla con las cosas de la fábrica como si tuvieran sentimientos. Esto causa problemas en la fábrica. Decide que ya no quiere trabajar en la fábrica. En su cumpleaños número 22, alguien la visita.

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