• hace 3 años
Es el número más implantado en nuestro memoria, después de nuestra fecha de nacimiento.

Mucho más que el del teléfono e incluso que los aniversarios.

Lo enumeramos de carrerilla sin pestañear, cuando una indiscreta funcionaria nos lo pide para poder identificarnos o cuando queremos abrir una cuenta bancaria; lo necesitamos para viajar en avión, allá donde vayamos nos acompaña y así será hasta el día que fenezcamos.
El DNI es nuestro ADN administrativo..

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