• hace 4 años
Es una historia conocida: el depredador caza a sus presa. El depredador atrapa a la presa. El depredador se traga a la presa. Y adiós mundo cruel... para la presa.

Suele terminar así. Pero, como cuenta Katherine Wu en The New York Times,  el escarabajo carroñero Regimbartia attenuata dice: “No será hoy”.

Después de ser tragado por una rana, este pequeño y valiente insecto puede deslizarse por las entrañas del anfibio y obligarlo a defecar para así surgir, ligeramente sucio, pero bastante vivo.

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