Fingí ser rica y perdí a todas mis amigas
- hace 5 años
Hola, ella es Carla. Y le gustaría compartir contigo la situación más vergonzosa que le ha pasado. Pero primero, quiere contarte un poco sobre su familia.
Viene de una familia común. Su papá es un oficinista y su mamá es una peluquera. Así que no están luchando financieramente, pero al mismo tiempo no son súper ricos. Hace aproximadamente dos meses, su papá fue transferido a una nueva sucursal, y se dio cuenta de inmediato de que el viaje sería un infierno. Por eso se mudaron más cerca de la nueva oficina de su padre, lo que significaba que Carla tenía que ir a una escuela nueva, y era una con una peculiar reputación de tener una gran cantidad de niños ricos. Para ser honesta, ella no estaba demasiado feliz por eso, no quería ser una especie de marginada. Así que compartió sus preocupaciones con su mamá, su papá y su hermana mayor durante el desayuno del primer día de clases y su hermana le dijo que debería fingir ser una niña rica. Su papá simplemente se rió de eso, mientras que su mamá le aconsejó que no fingiera ser otra persona y otras cosas así.
Cuando llegó a la escuela, vio un edificio enorme y hermoso. La nueva escuela parecía tres veces más grande que la anterior. Con un poco de esfuerzo, encontró su clase y la maestra la presentó a sus nuevos compañeros. Pero nadie le prestaba demasiada atención. En ese momento pensó que tal vez no debía haberse preocupado, tal vez nadie la notaría allí. Recién cuando Carla se sentó en su lugar, la chica que estaba sentada cerca de ella comenzó una conversación. Ya sabes, las cosas que la gente suele preguntar a los recién llegados, como: "¿De dónde eres?" o "¿Qué música te gusta?" o "¿Tienes Instagram?”... cosas así. Afortunadamente, estaban sentadas en la parte de atrás, por lo que la maestra no las escuchó susurrando. Su nombre era Sonia, y a los dos minutos de la conversación Carla supo que serían amigas.
Para su sorpresa, justo después de que la clase terminara, se le acercó un grupo de chicas muy atractivas. Ropa de marcas caras, confiadas, paso medido. Sabía que este tipo de chicas era exactamente la razón por la que no quería cambiarse a esa escuela. Se quedó helada. Y mientras las miraba, se imaginaba en silencio cómo esas chicas ricas se burlarían de ella porque no era como ellas. Se presentaron y la que parecía ser la líder (por cierto, se llamaba Carina), le pidió a Carla que les contara algo sobre ella. En ese momento recordó lo que su mamá le había recomendado hacer: "Nunca le mientas a los demás sobre quién eres. Sé tú misma y entonces encontrarás amigas de verdad". Y les dijo a las chicas que... su padre era el CEO de una compañía muy grande y que se habían mudado a esa área porque allí había casas hermosas y que habían comprado una de las más grandes. Las chicas parecían fascinadas mientras Carla pensaba: "Oh, Dios mío, ¿qué acabas de decir, tonta?".
Sus nuevas amigas la rodearon y comenzaron a
Viene de una familia común. Su papá es un oficinista y su mamá es una peluquera. Así que no están luchando financieramente, pero al mismo tiempo no son súper ricos. Hace aproximadamente dos meses, su papá fue transferido a una nueva sucursal, y se dio cuenta de inmediato de que el viaje sería un infierno. Por eso se mudaron más cerca de la nueva oficina de su padre, lo que significaba que Carla tenía que ir a una escuela nueva, y era una con una peculiar reputación de tener una gran cantidad de niños ricos. Para ser honesta, ella no estaba demasiado feliz por eso, no quería ser una especie de marginada. Así que compartió sus preocupaciones con su mamá, su papá y su hermana mayor durante el desayuno del primer día de clases y su hermana le dijo que debería fingir ser una niña rica. Su papá simplemente se rió de eso, mientras que su mamá le aconsejó que no fingiera ser otra persona y otras cosas así.
Cuando llegó a la escuela, vio un edificio enorme y hermoso. La nueva escuela parecía tres veces más grande que la anterior. Con un poco de esfuerzo, encontró su clase y la maestra la presentó a sus nuevos compañeros. Pero nadie le prestaba demasiada atención. En ese momento pensó que tal vez no debía haberse preocupado, tal vez nadie la notaría allí. Recién cuando Carla se sentó en su lugar, la chica que estaba sentada cerca de ella comenzó una conversación. Ya sabes, las cosas que la gente suele preguntar a los recién llegados, como: "¿De dónde eres?" o "¿Qué música te gusta?" o "¿Tienes Instagram?”... cosas así. Afortunadamente, estaban sentadas en la parte de atrás, por lo que la maestra no las escuchó susurrando. Su nombre era Sonia, y a los dos minutos de la conversación Carla supo que serían amigas.
Para su sorpresa, justo después de que la clase terminara, se le acercó un grupo de chicas muy atractivas. Ropa de marcas caras, confiadas, paso medido. Sabía que este tipo de chicas era exactamente la razón por la que no quería cambiarse a esa escuela. Se quedó helada. Y mientras las miraba, se imaginaba en silencio cómo esas chicas ricas se burlarían de ella porque no era como ellas. Se presentaron y la que parecía ser la líder (por cierto, se llamaba Carina), le pidió a Carla que les contara algo sobre ella. En ese momento recordó lo que su mamá le había recomendado hacer: "Nunca le mientas a los demás sobre quién eres. Sé tú misma y entonces encontrarás amigas de verdad". Y les dijo a las chicas que... su padre era el CEO de una compañía muy grande y que se habían mudado a esa área porque allí había casas hermosas y que habían comprado una de las más grandes. Las chicas parecían fascinadas mientras Carla pensaba: "Oh, Dios mío, ¿qué acabas de decir, tonta?".
Sus nuevas amigas la rodearon y comenzaron a