Llega un momento en la vida en el que las personas mayores tienen dificultades para manejarse por sí mismas. Así, los actos aparentemente simples de la vida diaria, como lavarse, vestirse, moverse, etc., se convierten en verdaderas dificultades. Esta dependencia se considera una enfermedad en sí misma. ¡Y tiene un gran costo! De hecho, es posible que la persona ya no pueda quedarse sola en casa y deba vivir con un familiar, o que se contrate a alguien para que la asista. Algunos dan la bienvenida a los padres a su casa, pero la situación no es muy fácil, y puede causar estrés, ansiedad y desesperación. Por lo tanto, el costo no es solo financiero. Sin embargo, existen centros especializados en la atención a personas mayores con dificultades, como casas de reposo o asilos de ancianos.
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