Se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Cierto o no, la verdad es que en el caso de Betty Freidzon se podría decir eso con toda facilidad. Lo importante es que su esposo, el pastor Claudio Freidzon, lo admite. Aun más importante y admirable es el hecho de que Betty misma no reconoce el impacto que su vida y ministerio han tenido en Argentina, América Latina y muchos otros países. Se pudiera decir que ella ha sido sorprendida por Dios en cada área de su vida.
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Celebridades