¿Qué pasa en Venezuela cuando la mitad de sus médicos decide irse?

  • hace 5 años
Unos 30 mil profesionales que trabajaban en los hospitales de Venezuela emigraron. A Argentina llegaron más de mil y algunos se ocupan de cuidar a pueblos enteros.

Emigrar se ha convertido en una decisión difícil de evitar para los venezolanos. Más de cuatro millones de personas ya abandonaron el país. Uno de los sectores más afectados por semejante migración fue el de la salud, que además de padecer la escasez de medicamentos debe afrontar la falta de personal.

Hace unos días en colaboración con el medio argentino RED/ACCIÓN contamos las historias de Rafael Atienza y Omar Contreras, dos médicos venezolanos que llegaron a Argentina y cuidan la salud de dos pueblos rurales bonaerenses. Así como en ese país se convirtieron en los únicos médicos de Colonia Seré y Timote, nos preguntamos, a quiénes dejaron de atender en Venezuela. Y para conocer las respuestas trabajamos esta nota de manera colaborativa.

El principal centro pediátrico de Venezuela, el Hospital de Niños Dr. José Manuel de los Ríos, es una de las instituciones que sufre la falta de profesionales de la salud. El médico Vietnam Vera tiene 45 años de edad y trabaja allí desde hace 12. Es especialista en terapia intensiva.

Apenas empezamos a conversar, Vera cuenta que en la unidad de cuidados intensivos quedan siete de los 12 médicos que anteriormente la conformaban. Añade que a pesar de que la unidad fue remodelada en 2013 para la atención de 11 pacientes, en la actualidad solo acepta uno. La razón: faltan insumos y personal.

Poco después, el presidente de la Federación Médica de Venezuela (FMV), Douglas León Natera, nos confirma que lo que ocurre en la unidad de cuidados intensivos del Hospital José Manuel de los Ríos pasa en toda Venezuela. “El 50% de los médicos de los hospitales se han ido del país”, informa. Y detalla que a febrero de 2019 la suma total de doctores venezolanos que habían emigrado era de 29.980, según la última actualización de la Federación.

Vera, quien en mayo pasado atendió desde cuidados intermedios a dos de los cuatro niños que fallecieron en este hospital a la espera de un trasplante de médula ósea y que no pudieron ingresar a cuidados intensivos por la falta de cupos, se pregunta: “¿Si nosotros también nos vamos, ¿quiénes quedan?”. Preocupado añade que “el que se va no regresa y el puesto que queda vacío nunca es ocupado”.

Lo que se vive en este momento, sostiene Vera, “no tiene precedentes". Y sigue: "Hay deterioro en todos y cada uno de los sistemas que componen este hospital. Ahora, uno se forma para servir y aunque uno puede servir perfectamente en cualquier parte del mundo, la obligación de los médicos venezolanos es servir a nuestro país”.

Sin embargo, ante la deficiencia en la dotación de medicamentos y condiciones para atender a los ciudadanos, Vera no culpa al médico que decide irse. “Diariamente se va personal muy valioso y no solamente médico. También de enfermería y administrativo. Ese es nuestro día a día”, afirma.