• hace 5 años
A lo lejos el fuego sigue quemando el sur de California, pero las linternas policiales descubren la devastación total a un lado y otro de la carretera.
La luz de día pone al descubierto la cara más amarga de la desolación.
Tres enormes focos avanzan sin control y en menos de una semana han muerto al menos 40 personas. Las autoridades dicen que la mayoría de los cadáveres encontrados estaban en automóviles o edificios calcinados por las llamas.
Tony Haynes, residente en Malibú describe el horror "una tormenta de fuego, lo peor que he visto y he apagado muchos incendios en mi casa"
Unas 230 personas siguen desaparecidas y hay miles de evacuados. El presidente Donald Trump ha sido muy crítico con los bomberos y éstos ya han dado una respuesta. Desde el Departamento de incendios del condado de Los Ángeles, el jefe de bomberos Darryl Osby,  dice, "tuvimos a todos los bomberos disponibles haciendo todo lo posible para proteger todo lo que se pudo".
Gary Wonnacott , es otro residente afortunado cuya casa se ha salvado de las lelmas y defiende la labor de los bomberos "no es culpa suya, simplemente les enviaron a otro lugar"
Y es que es tal magnitud del fuego, que ya es el incendio forestal más letal en California desde 1933

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