• hace 5 años
Un pueblo volcado en dar el último adiós a Rubén y Dámaso. Una iglesia abarrotada en la que, entre lágrimas y abrazos, se celebraban los funerales de los dos jóvenes fallecidos el domingo en el puerto de Laredo. Tenían 17 y 18 años. El menor era el que conducía, sin carné. Estaba aprendiendo a conducir y al ver a la Guardia Civil, asustado, aceleró en lugar de frenar. Con la marea baja el coche se precipitó 4 metros hasta caer al agua, donde se hundió seis metros más. El coche era del tercer ocupante, Mario, el único superviviente. Consiguió escapar e intentó rescatar a sus amigos pero poco pudo hacer. Se enfrenta a cuatro años de cárcel por dos homicidios imprudentes.
-Redacción-

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