Ni sepultada bajo un desierto de arena, Regina José Galindo esconde la cabeza. Una artista que no sólo usa la palabra, también su propio cuerpo en montajes que agitan conciencias. La intención del proyecto es humanizar a las mujeres que perdieron la vida de esta forma tan cruenta, mujeres víctimas de la violencia machista. Su país, Guatemala, tiene una de las tasas más altas de feminicidio del mundo. Una lacra que como la mala hierba se ha extendido por todo el mundo. Regina se pone, literalmente, en los vestidos de las mujeres asesinadas, condenadas a la hoguera, relegadas a un último plano en este mundo de hombres. Reivindicaciones que, como muchos de estos asesinatos que quedan impunes, espera no queden aisladas en la nada.
-Redacción-
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