Imaginen que se marchan de casa y dejan una ventana abierta. Un descuido que se convierte en todo un reclamo para unos ladrones que se acaban colando. Pues bien, tal y como coinciden expertos informáticos, en este ciberataque esa ventana abierta, literalmente, habría sido Windows, el sistema operativo más utilizado en todo el mundo y que sólo en España da servicio al 90 por ciento de los ordenadores.
Pero continuamos en esa vivienda imaginaria, en este caso la computadora que hemos infectado con la descarga de un archivo malicioso, donde el ciberdelincuente, una vez dentro, se habría encontrado todas las puertas abiertas, tanto la nuestra como la del resto de vecinos, o lo que es lo mismo, la de los ordenadores de los compañeros de trabajo conectados a la misma red. El porqué, porque se les olvidó poner el pestillo que les llegó hace tan sólo dos meses, es decir, una actualización del sistema Windows, ofrecida gratuitamente en marzo, que corregía este fallo en todo el bloque desprovisto de esa medida de seguridad. Es lo que habría ocurrido en este 'hackeo' sin precedentes del que se sigue desconociendo quién o quiénes están detrás y cuáles son sus intereses reales, más allá de los económicos, con la petición de rescate a través de una moneda virtual, el bitcoin, que permite transacciones anónimas que no regula ninguna institución estatal ni comunitaria.
Sólo en España en el primer trimestre de este año los incidentes de ciberseguridad han crecido un 45 por ciento. Casi 12.000 casos. En este ataque, eso sí, no se habría producido robo de datos, sólo encriptación para exigir un rescate con la amenaza de la destrucción. El año pasado, Yahoo, MySpace y la agencia de contactos Ashley Madison, entre otras, estas sí, sufrieron el robo de informacion en cientos de millones de cuentas.
Pero continuamos en esa vivienda imaginaria, en este caso la computadora que hemos infectado con la descarga de un archivo malicioso, donde el ciberdelincuente, una vez dentro, se habría encontrado todas las puertas abiertas, tanto la nuestra como la del resto de vecinos, o lo que es lo mismo, la de los ordenadores de los compañeros de trabajo conectados a la misma red. El porqué, porque se les olvidó poner el pestillo que les llegó hace tan sólo dos meses, es decir, una actualización del sistema Windows, ofrecida gratuitamente en marzo, que corregía este fallo en todo el bloque desprovisto de esa medida de seguridad. Es lo que habría ocurrido en este 'hackeo' sin precedentes del que se sigue desconociendo quién o quiénes están detrás y cuáles son sus intereses reales, más allá de los económicos, con la petición de rescate a través de una moneda virtual, el bitcoin, que permite transacciones anónimas que no regula ninguna institución estatal ni comunitaria.
Sólo en España en el primer trimestre de este año los incidentes de ciberseguridad han crecido un 45 por ciento. Casi 12.000 casos. En este ataque, eso sí, no se habría producido robo de datos, sólo encriptación para exigir un rescate con la amenaza de la destrucción. El año pasado, Yahoo, MySpace y la agencia de contactos Ashley Madison, entre otras, estas sí, sufrieron el robo de informacion en cientos de millones de cuentas.
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