El futuro en España de los que saltan la valla

  • hace 5 años
Los últimos subsaharianos en llegar a Melilla ayer, hacían cola ante la comisaria. Aquí se abre su expediente de expulsión, que hasta celebran con cantos porque casi es papel mojado. La mayoría de ellos vienen sin documentación, ocultan su identidad y su origen. Por eso, repatriarlos es una tarea titánica. Sus países no los aceptan. La primera etapa la pasan en el centro de estancia temporal. El máximo en teoría son 3 meses, pero hay quien que ha estado 6 años. Todo depende de la saturación del centro. De aquí, son enviados a la Península, a los Centros de Internamiento. Sin papeles, sin permiso de trabajo ni residencia. Trabajando de temporeros o vendiendo bolsos. Su única esperanza es que pasen 3 años y puedan demostrar su estancia en España. Es una de las pocas formas de lograr un permiso de residencia.