Acaba la etapa de supervivencia y comienza la fase de curación para Teresa Romero y ya no necesitará aislamiento. Durante su rehabilitación pasa a la quinta planta del Hospital Carlos III donde las visitas tendrán que llevar bata impermeable, mascarilla y guantes, pero esta vez será para no contagiarle a ella porque está débil y un simple constipado puede agravar su salud. En cuanto a su habitación se extremará el cuidado de limpieza para anular cualquier resto de ébola en la sexta planta. Todos los profesionales creen que no le quedarán secuelas porque es una mujer joven. Además los órganos más afectados han sido los pulmones y suelen tener una regeneración muy rápida. Cuando la auxiliar esté fuerte los sanitarios le pedirán extraer su sangre porque Teresa es ahora una fábrica de anticuerpos y en unos dos meses habrá generado plasma suficiente para poder curar a otros enfermos. Ella será inmune durante 11 años y el día que pise la calle podrá hacer una vida totalmente normal
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