La Policía Nacional ha desarticulado dos redes de explotación sexual de mujeres chinas que rivalizaban por el control de la prostitución en el sur de Madrid. Captaban a las jóvenes en su país de origen mediante falsas promesas de trabajo como masajistas o peluqueras y con un sueldo mensual de unos cuatro mil euros. Al llegar a España eran hacinadas en pisos y obligadas a prostituirse las 24 horas del día en hoteles, casas de citas o karaokes. El punto de encuentro de las dos organizaciones era un local de Parla, en el que la Policía comenzó sus investigaciones en el año 2010 por inmigración irregular, juego ilegal y tráfico de drogas . Las meretrices debían saldar una deuda contraída por el viaje, de entre diez mil y veinte mil euros. Además debían entregar a sus proxenetas el 40% de los beneficios que obtenían por sus servicios sexuales. 25 víctimas de estas redes han sido liberadas, entre ellas tres menores. 26 personas de origen chino y un español han sido detenidos. El juez ha decretado para ellos prisión provisional.
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