La central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, dejó de producir electricidad a las doce de la noche de este viernes. El gobierno ha dejado claro que podría bajar los impuestos sobre la energía para que la central nuclear más antigua vuelva a ser rentable y pueda reabrir sus puertas. Desde las instituciones se defiende que esta central de más de 40 años sigue siendo segura. Una cuestión que divide entre partidarios y detractores de su continuidad a los habitantes de las localidades del valle de Tobalina.
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