• hace 5 años
De Estados Unidos llega la historia de dos hombres que comparten un destino: ambos necesitaban un trasplante de riñón.Lo que no valió para uno salvó la vida al otro. A los 27 años Ray sufrió una insuficiencia renal. Necesitaba un transplante. Rápidamente encontró un donante: su hermana. Pero una semana después de la intervención, el nuevo riñón comenzó a fallarA cientos de kilómetros, vivía Erwin. un cirujano que sufría la misma enfermedad. Los médicos pensaron que podían reutilizar en él ese riñón. Transplantárselo. Aunque no había garantías de que funcionara.El riesgo mereció la pena. Casi un año después los tres protagonistas de la historia se han reunido. Erwin casi completamente recuperado, mientras Ray continúa esperando el órgano que le permita a él, también, superar su enfermedad.

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