Los socialistas, como es ya una tradición, han tenido su arranque del curso político en Rodiezmo, en León, donde por segundo año consecutivo no ha acudido el secretario general del partido, que en esta ocasión hubiera correspondido a Alfredo Pérez Rubalcaba. En su lugar ha estado presente su secretario de Organización, Oscar López, que ha hecho balance de ocho meses de Gobierno conservador. López ha dicho que sólo han servido para dividir al país, además ha prometido tumbar la reforma laboral cuando el PSOE vuelva a gobernar. Tampoco ha faltado a la cita el incombustible Alfonso Guerra. El diputado socialista y exvicepresidente del Gobierno ha criticado el doble rasero de los conservadores en relación a la liberación del preso etarra Josu Uribetxeberria y también que el Ejecutivo actual se haya convertido en el mayor defensor de los bancos. Ha añadido que el Gobierno extiende ese comportamiento humanitario a los banqueros, a los que les "castiga" con que solo podrán cobrar 500.000 euros mientras quita la paga de 400 euros a muchos ciudadanos que ya no cobran el desempleo.
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