La abuela cleptómana

  • hace 5 años
Entraba en la joyería. Nadie sospechaba de su afición por apropiarse de lo ajeno. Mareaba a los dependientes, señalando joyas y reservando artículos. Las cámaras de seguridad muestran cómo en un descuido, en esta ocasión se llevó cadenas de oro por valor de 6.000 euros. Tenía buena pinta y más de 65 años, por lo que no levantaba ninguna sospecha. Su método funcionó en más de veinte joyerías españolas.