En la localidad murciana de Águilas intentan volver a la normalidad tras la fuerte riada de ayer. Las calles y avenidas continúan llenas de barro y muchos coches han quedado inutilizables. Hoy las grúas no daban abasto y los vecinos se afanaban en limpiar bajos y garajes inundados por el lodo. Los operarios han trabajado ha destajo durante toda la mañana para restablecer el alumbrado y el suministro de agua potable. Las playas que se llevó por delante la tromba de agua estaban hoy prácticamente desiertas. Para muchos en Águilas se ha acabado ya el verano. Los que más van a sufrir las consecuencias son los hosteleros, que se han quedado sin clientes. Águilas es hoy un caos y el pueblo tardará días en recuperarse
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