Duró solamente unos instantes pero el tornado que arrasó el barrio de San Andrés, en Málaga, tardará tiempo en olvidarse. Las consecuencias han sido devastadoras: cristales reventados, árboles arrancados de cuajo, coches y viviendas destrozadas. Las rachas de viento superaron los 180 km/h con un ruido ensordecedor. 25 personas han sido atendidas por roturas de cristales o por crisis de ansiedad. Además los daños materiales han sido cuantiosos, sobre todo los vehículos que han sido aplastados por los árboles.
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