• hace 6 años
Anoche el Teatro Real de Madrid estrenó la versión más atrevida del "Tannhäuser" de Wagner. Una bacanal ambientada en un rojo apasionado generaba el clímax nada más comenzar la obra. Una orgía que resultó deleitosa para el público. Incluso algunos críticos consideran que la puesta en escena del británico Ian Judge se quedó corta. Una apuesta transgresora, excesivamente erótica pero pornográficamente sugerente, que lleva a la ópera por nuevos caminos, pero que no convence a los más tradicionales. En verdad, ésta no se aleja de la versión que Wagner creó hace siglo y medio. Y lo que se ve en el escenario es una reproducción muy fiel de la realidad. Tannhäuser es una artista entregado al placer y que se rebela contra las líneas convencionales y opresivas de la sociedad. Pero anoche los asistentes al Real, entre ellos la Reina doña Sofía, fueron un ejemplo de tolerancia a las nuevas propuestas culturales.

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