Moisés ha sido entregado a las autoridades. Acompañado de sus abuelos y de su padre, el niño, de 10 años, ha ingresado en un centro de Ourense donde le someterán a pruebas físicas y psicológicas para decidir su situación. Según los resultados, o lo mandarán a un centro de día que le permita ir a dormir con su familia, o bien quedará internado. Al pequeño no se le había vuelto a ver desde que mandó un mensaje a las autoridades para quedarse con sus padres y donde prometía que no volvería a comer más dulces ni bollería. Sus padres, Luis y Margarita, intentaron por todos los medios que no les separaran de su hijo. Pidieron ayuda a un endocrino y contrataron a una psicóloga. Ambos advertían de que el ingreso del niño en un centro de menores no sería bueno para él. Pero el tiempo se acababa y la presión judicial y policial para entregarlo era cada vez mayor. La querella criminal por sustracción de menores y desobediencia les hizo desistir. Tras los exámenes a Moisés se decidirá en que régimen permanecerá en el centro.
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