En Girona, se enfrentan a una huelga sin precedentes que afecta a los entierros y que comienza a tener consecuencias graves, como la celebración de los sepelios bajo escolta de la Policía. Los empleados de las funerarias llevan tres días de huelga. Un grupo de piquetes se ha llegado a encarar con sus compañeros no huelguistas en medio de un entierro bajo la atónita mirada de los familiares del difunto. Un paro inédito con el que estos trabajadores, que tienen que estar disponibles 24 horas de los siete días de la semana, reclaman mejoras laborales y salariales.
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