Venezuela ha expropiado la mexicana Cemex después de no haber alcanzado un acuerdo dentro del plan de nacionalización de empresas cementeras, aunque sí ha firmado acuerdos para controlar a las filiales de Lafarge y Holcim. El ejecutivo de Hugo Chávez para pagar unos 267 millones de dólares por el 89 por ciento de la filial de la francesa Lafarge -la mayor cementera del mundo- y unos 552 millones de dólares por el 85 por ciento de la suiza Holcim. La medida forma parte del plan de nacionalizaciones promovidas por el presidente Hugo Chávez en sectores estratégicos de la economía, que ha incluido firmas petroleras, eléctricas, de telecomunicaciones, siderurgia y un importante banco. "A las doce de la noche de hoy (lunes) vamos atomar las instalaciones de Cemex y entrará en vigor entonces el decreto de expropiación", dijo a los periodistas el ministro de Energía, Rafael Ramírez, encargado de las negociaciones. "Después de la ocupación, se hará una valoración de la empresa para determinar el "precio justo" de los activos de Cemex y compensar a los propietarios", añadió. Por su parte, la mexicana Cemex, que produce la mitad del cemento del país, hizo público un comunicado en el que dijo tener constancia de la toma de control de sus plantas, pero se abstuvo de hacer más comentarios. El vicepresidente venezolano, Ramón Carrizalez, ha señalado que Cemex exigía 1.300 millones de dólares por sus activos, lo que estaba muy por encima de su valor real.
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