En el siglo I a.C. dos grandes imperios compartían el control del Mediterráneo: los romanos y los partos, descendientes de los persas. Entre ambos imperios se encontraba un pequeño reino independiente de nombre Commagene, en el sudeste de Turquía, cuya capital Samosata, que era un importante centro comercial de la región, se encontraba a orillas del río Éufrates.
Este reino estaba gobernado por el rey Antíoco I (Antíoco I Theos Dikaios Epífanes Filorhomaios Filoheleno) desde el 70 a.C., un rey astuto y benevolente que dio a su reinado paz y prosperidad cuyo padre, Mitrídates, descendía del rey persa Dario I el Grande, y cuya la madre, Laodice VII Thea, descendía de Alejandro Magno.
Con esta mezcla en su sangre el gran gobernante creó hacia el 60 a.C. una nueva religión mezcla de sus raíces occidentales y orientales.
Antíoco, gran diplomático, había conseguido que ni los partos ni los romanos les molestaran y les permitieran vivir como un reino independiente. Pero esta época gloriosa de Commagene, en la que el rey intentaba agradar a ambos bandos y sobornaba a los romanos con oro y plata, no duró mucho y los problemas y batallas en el reino no tardaron en llegar. Antíoco acabó muriendo en el 34 a.C., aunque no se sabe cómo. Los únicos indicios que hay de la causa de su muerte, provenientes de escritos romanos, indican que “él”, un gran gobernante de esa zona, fue asesinado, así que es muy probable que se tratara del propio Antíoco que fue muerto a manos de los partos por haber ayudado a sus enemigos los romanos.
A partir de entonces no se sabría nada acerca de qué fue de su cuerpo si no entrara en escena la protagonista de este documental, que de hecho no es Antíoco en sí sino su tumba.
Después de pasar más de 1800 años dejado de la mano de Diox (en realidad fue una suerte ya que después de la muerte de Antíoco muchos templos fueron destruidos por los mencionados imperios), y a pesar de que siempre fue conocido por los lugareños, sobretodo los campesinos, en 1881 Charles Sester, ingeniero de caminos alemán, fue el primer occidental que descubrióNemrut Dagi o Nemrud Dag -o cualquier otra combinación-, el mausoleo del rey Antíoco I.
Se trata de una gigantesca pirámide rocosa de 50 metros de altura, 150 de diámetro y más de 700.000 toneladas de roca triturada encima del monte y dentro de la cual se cree que se encuentra la tumba del rey.
A los pies de este montículo gigantesco que está a más de 2.100 metros sobre el nivel del mar, se encuentran 2 grandes terrazas, una mirando hacia el este y otra hacia el oeste, con enormes bustos esculpidos de más de 9 metros, estatuas de animales y relieves tallados en piedra.
Este santuario, tanto las terrazas como el túmulo rocoso, fue ordenado construir por Antíoco tanto para que le veneraran a él y a los dioses de su recién creada religión, una suerte deZoroastrismo, como para servir de cámara funeraria cuando muriera.
En 1882, un año después de que Charles Sester lo descubriera, los también alemanes Karl Human
Este reino estaba gobernado por el rey Antíoco I (Antíoco I Theos Dikaios Epífanes Filorhomaios Filoheleno) desde el 70 a.C., un rey astuto y benevolente que dio a su reinado paz y prosperidad cuyo padre, Mitrídates, descendía del rey persa Dario I el Grande, y cuya la madre, Laodice VII Thea, descendía de Alejandro Magno.
Con esta mezcla en su sangre el gran gobernante creó hacia el 60 a.C. una nueva religión mezcla de sus raíces occidentales y orientales.
Antíoco, gran diplomático, había conseguido que ni los partos ni los romanos les molestaran y les permitieran vivir como un reino independiente. Pero esta época gloriosa de Commagene, en la que el rey intentaba agradar a ambos bandos y sobornaba a los romanos con oro y plata, no duró mucho y los problemas y batallas en el reino no tardaron en llegar. Antíoco acabó muriendo en el 34 a.C., aunque no se sabe cómo. Los únicos indicios que hay de la causa de su muerte, provenientes de escritos romanos, indican que “él”, un gran gobernante de esa zona, fue asesinado, así que es muy probable que se tratara del propio Antíoco que fue muerto a manos de los partos por haber ayudado a sus enemigos los romanos.
A partir de entonces no se sabría nada acerca de qué fue de su cuerpo si no entrara en escena la protagonista de este documental, que de hecho no es Antíoco en sí sino su tumba.
Después de pasar más de 1800 años dejado de la mano de Diox (en realidad fue una suerte ya que después de la muerte de Antíoco muchos templos fueron destruidos por los mencionados imperios), y a pesar de que siempre fue conocido por los lugareños, sobretodo los campesinos, en 1881 Charles Sester, ingeniero de caminos alemán, fue el primer occidental que descubrióNemrut Dagi o Nemrud Dag -o cualquier otra combinación-, el mausoleo del rey Antíoco I.
Se trata de una gigantesca pirámide rocosa de 50 metros de altura, 150 de diámetro y más de 700.000 toneladas de roca triturada encima del monte y dentro de la cual se cree que se encuentra la tumba del rey.
A los pies de este montículo gigantesco que está a más de 2.100 metros sobre el nivel del mar, se encuentran 2 grandes terrazas, una mirando hacia el este y otra hacia el oeste, con enormes bustos esculpidos de más de 9 metros, estatuas de animales y relieves tallados en piedra.
Este santuario, tanto las terrazas como el túmulo rocoso, fue ordenado construir por Antíoco tanto para que le veneraran a él y a los dioses de su recién creada religión, una suerte deZoroastrismo, como para servir de cámara funeraria cuando muriera.
En 1882, un año después de que Charles Sester lo descubriera, los también alemanes Karl Human
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