Según un informe publicado por el Centro de Información sobre Empresas y Derechos Humanos, varias fábricas de cadenas europeas en Turquía no respetarían las condiciones laborales de los refugiados. Los principales problemas: salarios bajos, discriminación, pobreza e incluso explotación infantil. Entre las compañías afectadas, la cadena de supermercados alemana Aldi o la británica Topshop, especializada en la moda. El organismo que lanzó la alarma llama a una mejor protección de los derechos laborales de los migrantes.
Unos 650.000 sirios trabajan en territorio turco,sobre todo en la industria textil, pero la mayoría sin permiso de trabajo, lo que favorecería la explotación laboral.
Más de 3 millones de sirios llegaron a Turquía huyendo de la guerra civil iniciada en 2011.
Just out: What’s changed for #Syrian #refugees in #Turkish garment supply chains? Read our full report: https://t.co/e7xfDgzO9R pic.twitter.com/YtQJyGf9Oh— BusinessHumanRights (@BHRRC) 3 de noviembre de 2017
Unos 650.000 sirios trabajan en territorio turco,sobre todo en la industria textil, pero la mayoría sin permiso de trabajo, lo que favorecería la explotación laboral.
Más de 3 millones de sirios llegaron a Turquía huyendo de la guerra civil iniciada en 2011.
Just out: What’s changed for #Syrian #refugees in #Turkish garment supply chains? Read our full report: https://t.co/e7xfDgzO9R pic.twitter.com/YtQJyGf9Oh— BusinessHumanRights (@BHRRC) 3 de noviembre de 2017
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