• hace 7 años
La declaración simbólica de independencia de Ambazonia, un Estado que pretende crear la minoría anglófona de Camerún, terminó el pasado fin de semana en baño de sangre. Según Amnistía Internacional, murieron al menos 17 personas y hubo cientos de detenidos. Las fuerzas del orden dispararon con fuego real contra los manifestantes en varias ciudades de Buea y Mamenda, las dos regiones de habla inglesa en las que las autoridades han desplegado refuerzos militares y decretado el toque de queda.

A través de las redes sociales, el presidente de Camerún, Paul Biya, ha condenado “de forma enérgica todos los actos de violencia”, vengan de donde vengan. También pide que se busque una solución a través del diálogo.

I strongly condemn all acts of violence, regardless of their sources and their perpetrators […]: https://t.co/hw08zgxeDQ #PaulBiya #Cameroon pic.twitter.com/0n6ZfZKFgk— President Paul Biya (@PR_Paul_Biya) October 1, 2017


La tensión entre el Gobierno de Camerún y la minoría anglófona ha crecido exponencialmente en los últimos meses. Esta minoría está compuesta por 22 millones de personas, casi un cuarto de la población, y se considera marginada con respecto a la mayoría francófona.

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