A raíz de la crisis económica global, un autor que firmaba bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto, publicó un documento de 9 párrafos en un foro de internet. Pronto se convirtió en el primer concepto de dinero descentralizado, totalmente funcional. Acababa de nacer el bitcoin.
El bitcoin es una nueva forma de dinero, que existe únicamente en internet. Es a la vez una moneda virtual y una red de pago. Su gran virtud radica en la rapidez con la que se transfiere dinero entre iguales, desde cualquier parte del mundo, totalmente gratis y sin la intermediación de terceros. Este avance digital convierte a usuario, a todos los efectos, en su propio banco. “Nadie puede bloquear estos movimientos, ni interceptarlos y si lo utilizas con cuidado, puedes operar anónimamente”, afirma un empresario que trabaja con bitcoins, en “Dinero mágico”.
Los entusiastas de la divisa electrónica aseguran que reduce los costes de negocio y elimina los riesgos de fraude. “Va a revolucionar por completo cómo manejamos nuestros activos, va a trastocar las leyes, la contabilidad, nuestra industria financiera y va a descentralizar rápidamente el capital”, expone uno de los expertos monetarios.
El bitcoin permite al usuario controlar su dinero al cien por cien, pero eso también implica la responsabilidad de lo que le pueda ocurrir a tus monedas virtuales. “Bitcoin nos entrega las llaves de nuestra propia riqueza, pero si pierdes tus claves, pierdes el acceso a tus fondos”, explica otro de los expertos en la moneda electrónica.
Y este fue uno de los motivos por el que a partir de 2014 cuando la plataforma de intercambio de bitcoins se hundió, cundiera el escepticismo y la confusión en relación a la nueva divisa. Al parecer, algunos años después, el bitcoin reaparece en el radar de la popularidad de muchas instituciones financieras de China, Argentina o Irán.
El bitcoin es una nueva forma de dinero, que existe únicamente en internet. Es a la vez una moneda virtual y una red de pago. Su gran virtud radica en la rapidez con la que se transfiere dinero entre iguales, desde cualquier parte del mundo, totalmente gratis y sin la intermediación de terceros. Este avance digital convierte a usuario, a todos los efectos, en su propio banco. “Nadie puede bloquear estos movimientos, ni interceptarlos y si lo utilizas con cuidado, puedes operar anónimamente”, afirma un empresario que trabaja con bitcoins, en “Dinero mágico”.
Los entusiastas de la divisa electrónica aseguran que reduce los costes de negocio y elimina los riesgos de fraude. “Va a revolucionar por completo cómo manejamos nuestros activos, va a trastocar las leyes, la contabilidad, nuestra industria financiera y va a descentralizar rápidamente el capital”, expone uno de los expertos monetarios.
El bitcoin permite al usuario controlar su dinero al cien por cien, pero eso también implica la responsabilidad de lo que le pueda ocurrir a tus monedas virtuales. “Bitcoin nos entrega las llaves de nuestra propia riqueza, pero si pierdes tus claves, pierdes el acceso a tus fondos”, explica otro de los expertos en la moneda electrónica.
Y este fue uno de los motivos por el que a partir de 2014 cuando la plataforma de intercambio de bitcoins se hundió, cundiera el escepticismo y la confusión en relación a la nueva divisa. Al parecer, algunos años después, el bitcoin reaparece en el radar de la popularidad de muchas instituciones financieras de China, Argentina o Irán.
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