EL TAXISTA FUL (2006)

  • hace 16 años
La angustiosa relación con el trabajo y con su ausencia para quien se responsabiliza de su situación de parado atribuyéndola a su falta de aptitudes, permitió al director Jordi Solé reflexionar sobre la precariedad y sobre el sentimiento de culpabilidad que se ha instalado en nuestras vidas, culpabilidad por no llegar a ser, por no ser capaces de tener.
"Quise reflexionar sobre las soledades impulsadas por la desesperada competencia entre iguales, sobre la tristeza que nos envuelve y que se ha apoderado por completo de nuestras vidas sin que, de momento, hayamos sabido reaccionar. Afortunadamente muchos otros antes que yo se han dedicado a analizar este fenómeno y a experimentar fórmulas de fuga de esa precariedad, a través de prácticas concretas. Las referencias teóricas puestas en relación con quienes las ponen en práctica en su cotidianidad, ha sido la base sobre la que hemos reflexionado, experimentado y puesto en escena esta creación colectiva que aspira a reflejar esa tristeza, ese malestar, tanto como la determinación por reconquistar nuestra vida”.