• hace 8 años
El Gobierno egipcio ha aprobado un proyecto de ley que establece penas de cárcel de entre cinco y siete años para quienes realicen ablaciones, una práctica prohibida en el país desde 2008 pero muy arraigada aún. La reforma legal se produce tres meses después de la muerte de una joven de 17 años el pasado mayo.

Además de elevar la ablación a la categoría de delito grave, la enmienda también castiga a los padres que acompañen a sus hijas a lugares donde se practiquen. Aunque es imposible establecer cifras exactas sabiendo que el 74% de las ablaciones se llevan a cabo en la clandestinidad, según un informe de Unicef el pasado febrero, al menos 200 millones de niñas y mujeres han sufrido mutilación genital en 30 países del mundo. De esa cifra más de la mitad viven en Indonesia, Egipto y Etiopía.

A escala mundial, el país con un porcentaje mayor de casos entre mujeres y niñas de 15 a 49 años es Somalia, con un 98%, seguida de cerca por Guinea, Yibuti, Sierra Leona, Egipto, Mali y Eritrea.
En cuanto a las menores de 14 años, se calcula que 44 millones de niñas han sufrido esta práctica atroz , principalmente en Gambia (56%), Mauritania, (54%) e Indonesia ( 49%).

Ifrah Salad Abdulle vive en un campo de refugiados con otros miles de somalíes desplazados. Sigue sufriendo las consecuencias de la ablación a la que fue sometida cuando tenía 8 años: “Me lo hicieron cuando tenía 8 años. Tuve problemas enseguida. Estaba en casa y tuve que estar en cama muchos días por los dolores. Me ataron las piernas para que no me moviera y que los puntos cicatrizaran. No podía orinar normalmente, tenía que ponerme de lado.”

En el hospital de Benadir, en el sur de Somalia, los médicos tratan a diario complicaciones derivadas de las ablaciones Muchas víctimas necesitan pasar por el quirófano.
Maryam Omar, ginecóloga, asegura que las principales complicaciones se presentan durante los partos y ponen en peligro las vidas de las madres y las de los neonatos.

Maryam Omar Salad:
“Cuando el feto llega al canal del parto no puede salir, por lo que puede suceder que se asfixie. Después de eso, si conseguimos reanimarlo, puede estar aquejado de parálisis cerebral. Algunas están condenadas de antemano a sufrir cesáreas porque a causa de la ablación no pueden parir por vía vaginal.”

Cerca de dos tercios de los hombres, mujeres y menores que viven en países donde se continúa practicando la ablación se oponen a ella y desean que se erradique. Para Unicef, un avance real sería visibilizar las actitudes que favorecen el abandono de la práctica, para que las familias sepan que no están solas.

http://www.unicef.org/media/files/FGMC_2016_brochure_final_UNICEF_SPREAD.pdf

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