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Madrid, 6 jul (EFE).- La Guardia Civil ha desmantelado una organización que ha cometido al menos 38 robos con fuerza en establecimientos y gasolineras de Valencia y Castellón en el marco de la operación Legona en la que ha detenido a seis personas e investiga a otras dos (seis hombres y 2 mujeres).

A los arrestados, todos ellos rumanos de entre 21 y 49 años, se les atribuye delitos de pertenencia a organización criminal, robo con violencia, robo con fuerza, blanqueo de capitales, falsedad documental y usurpación del estado civil, informa la Guardia Civil.

La operación se ha desarrollado en la provincia de Valencia y en la misma ha sido desarticulada esta organización que robaba en gasolineras y bares y que también asaltó una joyería e incluso viviendas en las citadas provincias.

En los registros efectuados los agentes han intervenido diferentes piezas de joyas, teléfonos móviles y 300 gramos de hachís.

La operación se inició el pasado mes de febrero, cuando la Guardia Civil venía investigando un robo cometido con violencia en una gasolinera de Sagunto (Valencia), donde tres personas rompieron los cristales del local, amenazaron a la empleada y sustrajeron la recaudación.

Con motivo de este robo, los agentes iniciaron una línea de investigación para identificar y detener a los autores de estos e identificaron a un grupo de personas que pertenecían a una organización especializada en realizar robos con fuerza.

Se desplazaban en bicicletas haciéndose pasar por personas que recogían residuos y de esta forma conseguían pasar desapercibidos y aprovechaban para seleccionar los futuros objetivos que iban a robar, especialmente bares con máquinas recreativas.

Además de utilizar bicicletas se introducían en trenes ubicándose en distintos vagones para que nadie pudiera relacionarlos. Los robos siempre eran en lugares próximos a las vías del tren.

El cabecilla de la organización, al tener tres requisitorias en vigor, utilizaba varias identidades.

Era el encargado de distribuir el trabajo de sus miembros y de repartir los roles que en cada momento ejercía cada uno de ellos y solo salía de su domicilio a la hora de cometer los robos.

Antes de llevarlos a cabo uno de los componentes del grupo realizaba visualización del lugar de tal forma que se desplazaba hasta el lugar y verificaba las medidas de seguridad que poseía el local, como ventanas, rejas, barrotes y contraventanas, las puertas principales, el interior del local y el numero de máquinas recreativas que se encontraban en su interior.

A la hora de cometer el robo se distribuían de tal forma que mientras varios de ellos entraban en el establecimiento otro se quedaba fuera vigilando para alertar en caso de observar presencia policial.

Una vez sustraídos los objetos pasaban la noche a la intemperie y regresaban a sus domicilios a la mañana siguiente cogiendo el primer tren que hubiera para pasar desapercibidos debido a la gran afluencia de personas a esas h

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