Grizzly man (2005)

Apasionada y apasionante descripción del paulatino proceso de locura (entendida como pasión desbordada, como obsesión casi irracional) a través de la figura, de un tipo que amaba desesperadamente a los animales, pero que, sobre todo, vivía para sacarle brillo a la aureola de personaje casi mitológico que se había construido, un hombre extravagante en continua y desesperada búsqueda de su propia grandeza, que responde a la habilidad de Herzog como cineasta, como autor, porque suyo es el mérito de conseguir intensidad, densidad y discurso a partir de unas imágenes que, a priori, no eran más que autopromoción en forma de postal en movimiento.
(Contrapicado)