Ansiedad y tristeza entre los griegos ante el referendum del 5 de julio

  • hace 9 años
Confundidos, tristes y deprimidos, los griegos asimilan con ansiedad el referendum al que han sido convocados.

Continúa la peregrinación en la búsqueda de cajeros automáticos que aún den efectivo, convencidos muchos de ellos de que la vuelta al dracma, la antigua moneda griega, está cerca.

Sin saber si los bancos abrirán el lunes, un ciudadano muestra su incertidumbre: “Nos acaban de devolver la pelota. ¿Qué es lo que se supone que debo votar? “Sí”, significa medidas muy duras, que nos llevarán a la pobreza y la miseria. “No” es algo incierto. Nadie sabe lo que va a pasar. Vamos a volver al dracma, ¿vamos a incumplir lo pactado? Y, ¿qué ocurrirá después?”

Desde el centro de Atenas, un taxista también muestra su desesperación: “Ahora estamos en el borde del desastre. Apoyo la opción de volver al dracma, pero desconozco las consecuencias, y cuánto van a durar”.

Después de pasarse todo el sábado pegados a la televisión y la radio a la espera de un acuerdo con Bruselas, los griego