Detrás de la Razón - Tragedia migratoria
- hace 9 años
¿Ves? hijo, del otro lado del mar. Ahí está la tierra donde me convertiré en el padre que siempre has querido tener.
Son las palabras que un migrante dedica a su hijo antes de internarse al trágico fenómeno del otro lado del mar. Del otro lado del mar es Europa.
Son miles de migrantes que se están hundiendo en el mar Mediterráneo, algunos son tomados por la Guardia Costera, otros son devorados por el mar, y otros más, por la fauces del terrorismo.
Una tragedia que tiene causas multifactoriales. Y que mucha de la culpa es de Europa. Las colonias que invadió y saqueó en África, hoy son zonas de desesperación humana.
Sin economías sólidas, sin gobiernos eficaces y con una gran injusticia en la distribución de la riqueza, la gente tiene que huir de su país.
Más aún, los rencores entre tribus, regiones y caciques, no aliviados y si avivados por países de Occidente, convierten ciertas zonas africanas en un polvorín de violencia extrema.
Por si fuera poco, la puerta abierta al terrorismo que azota a los africanos. Y aún más, la gran ola de migrantes, no sólo es proveniente de África, también se le unen caravanas de familias huyendo del terrorismo en Siria e Irak.
El resultado total: un mar ensangrentado y una Unión Europea (UE) desesperada entre sus crisis económica y la ola migratoria. Amnistía Internacional (AI) reporta 1700 muertos en lo que va del año 2015.
Son las palabras que un migrante dedica a su hijo antes de internarse al trágico fenómeno del otro lado del mar. Del otro lado del mar es Europa.
Son miles de migrantes que se están hundiendo en el mar Mediterráneo, algunos son tomados por la Guardia Costera, otros son devorados por el mar, y otros más, por la fauces del terrorismo.
Una tragedia que tiene causas multifactoriales. Y que mucha de la culpa es de Europa. Las colonias que invadió y saqueó en África, hoy son zonas de desesperación humana.
Sin economías sólidas, sin gobiernos eficaces y con una gran injusticia en la distribución de la riqueza, la gente tiene que huir de su país.
Más aún, los rencores entre tribus, regiones y caciques, no aliviados y si avivados por países de Occidente, convierten ciertas zonas africanas en un polvorín de violencia extrema.
Por si fuera poco, la puerta abierta al terrorismo que azota a los africanos. Y aún más, la gran ola de migrantes, no sólo es proveniente de África, también se le unen caravanas de familias huyendo del terrorismo en Siria e Irak.
El resultado total: un mar ensangrentado y una Unión Europea (UE) desesperada entre sus crisis económica y la ola migratoria. Amnistía Internacional (AI) reporta 1700 muertos en lo que va del año 2015.