Domingo Cavallo me dijo en mi programa : "Mi mujer es más linda que Sofía Loren" (Cristina Castello)
Había entrevistado –duramente- varias veces a Cavallo, para prensa gráfica. Fue el primer invitado a mi programa “Sin Máscara”, que surgió con la idea de “políticos sin hablar de política”; idea que dejé pronto dejé de lado, y pasé a la cultura –atravesada por la vida- y sin políticos.
Cuando hicimos el programa –yo me había fisurado una costilla el día anterior y no podía moverme (todavía se ve el dolor en mi expresión), pero sacrifiqué mi estética –verme bien- para no abandonar. Objetivo: Cavallo.
Le hice leer, sin inocencia de mi parte, por cierto, un fragmento de un poema de César Vallejo:
“Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de hierba al menos”.
Lo leyó como si le importara el hambre de alguien. Como si no hubiera estatizado la deuda externa privada; como si no hubiera sido uno de los responsables de los estómagos vacíos y del desamparo aullante.
La palabra se cumple y la mía había sido no hablar de política
Se sonrojó con mi pregunta sobre cómo se cuida del SIDA; dijo que porque no es promiscuo: algo le expliqué pero jamás entenderá.
Habló de Sonia Abrazián, su mujer, de mucho carácter.; y dijo cómo es verla dormir, y qué diferencia entre sexo y erotismo… Nunca le habían hecho esas preguntas, ni se las había hecho a sí mismo
Tampoco sabe qué le gusta de su cuerpo, pero destierra los espejos cuando se ve gordo. Me confirmó que hurga las miguitas, que dejan galletas de otros, pero no paraba de interrogarme: “¿y quién le dijo y cómo sabe? Y qué papelón
Y cómo mueren las estrellas y cuál el lenguaje de las flores. Y no sabe y silencio y él todo colorado: y ensaya respuesta, pero no. No va.
Y con una sonrisa le dije que no masca chicles, pero aprieta las mandíbulas como héroe de cine norteamericano; y que arremete con potencia de tanque de Kosovo, pero como no se trataba de macroeconomía, no supo qué responder. Y tanto más.
Al día siguiente, todos los medios, todos los medios, “levantaron” algunas de las cosas que me dijo en la tele, sobre todo, esta:
“Mi mujer es más linda que Sofía Loren”
*Cristina Castello
*Domingo Cavallo empezó su carrera como funcionario de dictaduras militares a los 22 años, con el gobierno del Comodoro Huerta, en Córdoba. Siguió, en los gobiernos de facto de Juan Carlos Onganía, Alejandro Agustín Lanusse, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Bignone . Fue ministro de Economía de los presidentes Carlos Menem y Fernando de la Rúa. En gobiernos elegidos democráticamente, fue diputados provincial y nacional
Había entrevistado –duramente- varias veces a Cavallo, para prensa gráfica. Fue el primer invitado a mi programa “Sin Máscara”, que surgió con la idea de “políticos sin hablar de política”; idea que dejé pronto dejé de lado, y pasé a la cultura –atravesada por la vida- y sin políticos.
Cuando hicimos el programa –yo me había fisurado una costilla el día anterior y no podía moverme (todavía se ve el dolor en mi expresión), pero sacrifiqué mi estética –verme bien- para no abandonar. Objetivo: Cavallo.
Le hice leer, sin inocencia de mi parte, por cierto, un fragmento de un poema de César Vallejo:
“Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de hierba al menos”.
Lo leyó como si le importara el hambre de alguien. Como si no hubiera estatizado la deuda externa privada; como si no hubiera sido uno de los responsables de los estómagos vacíos y del desamparo aullante.
La palabra se cumple y la mía había sido no hablar de política
Se sonrojó con mi pregunta sobre cómo se cuida del SIDA; dijo que porque no es promiscuo: algo le expliqué pero jamás entenderá.
Habló de Sonia Abrazián, su mujer, de mucho carácter.; y dijo cómo es verla dormir, y qué diferencia entre sexo y erotismo… Nunca le habían hecho esas preguntas, ni se las había hecho a sí mismo
Tampoco sabe qué le gusta de su cuerpo, pero destierra los espejos cuando se ve gordo. Me confirmó que hurga las miguitas, que dejan galletas de otros, pero no paraba de interrogarme: “¿y quién le dijo y cómo sabe? Y qué papelón
Y cómo mueren las estrellas y cuál el lenguaje de las flores. Y no sabe y silencio y él todo colorado: y ensaya respuesta, pero no. No va.
Y con una sonrisa le dije que no masca chicles, pero aprieta las mandíbulas como héroe de cine norteamericano; y que arremete con potencia de tanque de Kosovo, pero como no se trataba de macroeconomía, no supo qué responder. Y tanto más.
Al día siguiente, todos los medios, todos los medios, “levantaron” algunas de las cosas que me dijo en la tele, sobre todo, esta:
“Mi mujer es más linda que Sofía Loren”
*Cristina Castello
*Domingo Cavallo empezó su carrera como funcionario de dictaduras militares a los 22 años, con el gobierno del Comodoro Huerta, en Córdoba. Siguió, en los gobiernos de facto de Juan Carlos Onganía, Alejandro Agustín Lanusse, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Bignone . Fue ministro de Economía de los presidentes Carlos Menem y Fernando de la Rúa. En gobiernos elegidos democráticamente, fue diputados provincial y nacional
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