Málaga: Los cinco sentidos pendientes de un cóctel
Benalmádena (Málaga), 21 octubre (CERES TV / EFE)
Suena la música, flotan en el aire botellas y cocteleras, una coreografía capaz de estimular los cinco sentidos que constituye un espectáculo mientras se prepara un cóctel exótico que no solo seduce por el sabor, sino también por su presentación y aroma.
Los ocho mejores profesionales de esta modalidad del país luchan estos días en Málaga, en el marco del LXI Congreso Nacional de Coctelería, para llegar a ser el mejor de España e ir al campeonato del mundo del próximo año que se celebrará en Sofía (Bulgaria).
Antes de salir al escenario, los finalistas llenos de nervios controlan el temblor de sus manos para preparar las copas donde servirán los cócteles, cada uno de ellos, con sus propios ingredientes frutales, en los que el color y atractivo de sus composiciones saltan a la vista por si mismos.
En pajarita y con una tímida sonrisa, el actual campeón del mundo, Leo Gálvez, ha declarado a Efe que llegar hasta dónde está es "un sueño" que aún no se lo cree y para lo que ha dedicado nueve años de su vida llenos de esfuerzo y entrenamiento.
Gálvez, chileno de origen y que representa a Valencia, se ha referido a la coctelería como su "estilo de vida" y la ha definido como aquello que le "hace ser de nuevo un niño".
El también campeón panamericano 2013, ha destacado de sus habilidades el "control" y la "técnica" así como ha resaltado la importancia que la "imagen, color, sabor y originalidad" tienen en los cócteles en los que la "innovación" es uno de los puntos claves.
"Ser diferente de lo normal, no utilizar los mismos estilos e ir cambiando, música clásica con 'hip hop' o 'house', lo que más me guste y me haga sentir que me estoy divirtiendo", ha añadido.
De origen italiano, ataviado de negro y con un sombrero a medio lado de la cabeza, otro de los debutantes, Pablo Di Gennaro, en representación de Cataluña, ha explicado que el hecho de salir de su país le hizo toparse con lo que ahora le apasiona, la coctelería acrobática.
Di Gennaro ha descrito la profesión como el arte de "construir una canción solo que en lugar de ser música son movimientos personales que siguen una música".
Los finalistas han sido evaluados por dos tipos de jurados, formados por expertos internacionales que han analizado por un lado, la puesta en escena del espectáculo, su coordinación, los giros y elementos que lo conforman y por otro, el propio cóctel, su sabor, olor y el diseño que lo distingue de los demás.
Uno de los jueces, el vicepresidente del Norte de América de la Asociación Internacional de Bármanes (IBA), el mexicano Salvador Adrián Juárez, ha manifestado que en la prueba, que dura cinco minutos de forma individual, se examina la "dificultad, la originalidad y el contacto con el público".
Juárez ha recalcado el papel destacado que tiene la música en el espectáculo, que además de "marcar la coreografía" se trata de una técnica de relajación para los bármanes que les ayuda a concentrarse y a calmar el miedo escénico.
En la clasificatoria, los finalistas han conseguido transmitir su pasión y crear un halo de espectación alrededor de ellos. Ahora solo queda esperar a esta madrugada en la que los jueces escogerán al elegido para representar a España en la meta definitiva, el mundial.
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[e-mail]: noticias@cerestv.es
Contacto: Teléf. 91 130 99 44
Suena la música, flotan en el aire botellas y cocteleras, una coreografía capaz de estimular los cinco sentidos que constituye un espectáculo mientras se prepara un cóctel exótico que no solo seduce por el sabor, sino también por su presentación y aroma.
Los ocho mejores profesionales de esta modalidad del país luchan estos días en Málaga, en el marco del LXI Congreso Nacional de Coctelería, para llegar a ser el mejor de España e ir al campeonato del mundo del próximo año que se celebrará en Sofía (Bulgaria).
Antes de salir al escenario, los finalistas llenos de nervios controlan el temblor de sus manos para preparar las copas donde servirán los cócteles, cada uno de ellos, con sus propios ingredientes frutales, en los que el color y atractivo de sus composiciones saltan a la vista por si mismos.
En pajarita y con una tímida sonrisa, el actual campeón del mundo, Leo Gálvez, ha declarado a Efe que llegar hasta dónde está es "un sueño" que aún no se lo cree y para lo que ha dedicado nueve años de su vida llenos de esfuerzo y entrenamiento.
Gálvez, chileno de origen y que representa a Valencia, se ha referido a la coctelería como su "estilo de vida" y la ha definido como aquello que le "hace ser de nuevo un niño".
El también campeón panamericano 2013, ha destacado de sus habilidades el "control" y la "técnica" así como ha resaltado la importancia que la "imagen, color, sabor y originalidad" tienen en los cócteles en los que la "innovación" es uno de los puntos claves.
"Ser diferente de lo normal, no utilizar los mismos estilos e ir cambiando, música clásica con 'hip hop' o 'house', lo que más me guste y me haga sentir que me estoy divirtiendo", ha añadido.
De origen italiano, ataviado de negro y con un sombrero a medio lado de la cabeza, otro de los debutantes, Pablo Di Gennaro, en representación de Cataluña, ha explicado que el hecho de salir de su país le hizo toparse con lo que ahora le apasiona, la coctelería acrobática.
Di Gennaro ha descrito la profesión como el arte de "construir una canción solo que en lugar de ser música son movimientos personales que siguen una música".
Los finalistas han sido evaluados por dos tipos de jurados, formados por expertos internacionales que han analizado por un lado, la puesta en escena del espectáculo, su coordinación, los giros y elementos que lo conforman y por otro, el propio cóctel, su sabor, olor y el diseño que lo distingue de los demás.
Uno de los jueces, el vicepresidente del Norte de América de la Asociación Internacional de Bármanes (IBA), el mexicano Salvador Adrián Juárez, ha manifestado que en la prueba, que dura cinco minutos de forma individual, se examina la "dificultad, la originalidad y el contacto con el público".
Juárez ha recalcado el papel destacado que tiene la música en el espectáculo, que además de "marcar la coreografía" se trata de una técnica de relajación para los bármanes que les ayuda a concentrarse y a calmar el miedo escénico.
En la clasificatoria, los finalistas han conseguido transmitir su pasión y crear un halo de espectación alrededor de ellos. Ahora solo queda esperar a esta madrugada en la que los jueces escogerán al elegido para representar a España en la meta definitiva, el mundial.
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