Los egipcios afrontan las elecciones con frustración y empobrecidos
- hace 10 años
Los egipcios se preparan para votar el 26 y el 27 de este mes. Serán las segundas elecciones presidenciales desde la rebelión de junio de 2011. El posterior golpe militar marca los tres años de conflictos políticos y violencia en una sociedad pobre y frustrada. Las subidas de precios y el aumento de la violencia suman incomodidad y malestar.
Los testimonios recogidos por Euronews en una barriada popular de El Cairo son muy ilustrativos:
“Lo único que queremos es vivir una vida digna, sentirnos seguros y le pedimos a Dios que reforme toda nuestra sociedad”.
“Lo que le pedimos a cualquier presidente que venga es que trabaje con rectitud y justicia, que se ocupe de los pobres y que satisfaga las necesidades básicas como el agua y la electricidad, pero lo más importante es el pan.”
“Ya no le tenemos miedo a nada, estamos muy hartos, los gobiernos anteriores se llevaron el dinero, se fueron con él. Nos dejaron en la calle y con hambre. Míreme, tengo 63 años y me paso el día entero de pie al sol. Donde yo debería estar es relajado y en mi casa, cobrando mi pensión”.
Elecciones no siempre equivalen a democracia. La sociedad egipcia tiene un enorme déficit democrático acumulado, una fábrica de frustración que se convierte en violencia a la menor chispa. Para muchos unas elecciones son la única ocasión de influir con la esperanza de que el proceso sea limpio y la supervisión internacional, eficaz, aunque en este caso, la OSCE solo podrá estar presente en El Cairo.
El corresponsal de Euronews en El Cairo, Mohamed Shaingibrahim lo ve así: “Aspiran a muy poco y su dolor es siempre el mismo, como sus demandas, que son constantes, no han cambiado: una vida digna, libertad, justicia social, las mismas exigencias de la revolución, las mismas que siguen sin ver llegar”.
Los testimonios recogidos por Euronews en una barriada popular de El Cairo son muy ilustrativos:
“Lo único que queremos es vivir una vida digna, sentirnos seguros y le pedimos a Dios que reforme toda nuestra sociedad”.
“Lo que le pedimos a cualquier presidente que venga es que trabaje con rectitud y justicia, que se ocupe de los pobres y que satisfaga las necesidades básicas como el agua y la electricidad, pero lo más importante es el pan.”
“Ya no le tenemos miedo a nada, estamos muy hartos, los gobiernos anteriores se llevaron el dinero, se fueron con él. Nos dejaron en la calle y con hambre. Míreme, tengo 63 años y me paso el día entero de pie al sol. Donde yo debería estar es relajado y en mi casa, cobrando mi pensión”.
Elecciones no siempre equivalen a democracia. La sociedad egipcia tiene un enorme déficit democrático acumulado, una fábrica de frustración que se convierte en violencia a la menor chispa. Para muchos unas elecciones son la única ocasión de influir con la esperanza de que el proceso sea limpio y la supervisión internacional, eficaz, aunque en este caso, la OSCE solo podrá estar presente en El Cairo.
El corresponsal de Euronews en El Cairo, Mohamed Shaingibrahim lo ve así: “Aspiran a muy poco y su dolor es siempre el mismo, como sus demandas, que son constantes, no han cambiado: una vida digna, libertad, justicia social, las mismas exigencias de la revolución, las mismas que siguen sin ver llegar”.