Octavio Paz, por Luis Alberto de Cuenca
- hace 10 años
El 31 de marzo de 1914 nacía en México Octavio Paz uno de los grandes escritores de la lengua española del siglo XX. Yo tuve la fortuna de conocerlo en varios viajes que hizo a España, también tuve ocasión de estar en su casa en México y me sorprendió por la capacidad que tenía aunar conocimientos de muy diferente nivel y procedencia.
Octavio Paz era un grandísimo poeta, pero al margen de esto también fue un ensayista muy brillante, incluso aún mejor ensayista que poeta y fue un traductor espectacular. En sus traducciones de por ejemplo Gerard de Nerval de las Quimeras, de sus traducciones de haikus japoneses de Basho, por supuesto por lengua interpuesta (no conocía el japonés), su conocimiento de culturas extrañas a la cultura occidental propiamente dicha, como la cultura india. Él estuvo en misión diplomática en la India y se trajo de allí todo un bagaje de conocimientos de la filosofía india y de la literatura escrita en sánscrito.
Al margen de eso tuvo mucha relación con España porque estuvo durante la guerra civil apoyando al bando republicano durante el congreso de intelectuales antifascistas de Valencia junto con su mujer Elena Garro, que era una grandísima dramaturga, de la que luego se separaría para casarse francesa, que es hoy su viuda, a la que conoció en su misión diplomática en la India.
Octavio Paz es un maestro verdaderamente sin paliativos, tiene una labor ejemplar a sus espaldas como la fundación de la revista Vuelta, en Ciudad de México, que ha sido una de las grandes revistas de la literatura española y es bueno rendirle homenaje. Comunicarle a través de las ondas que le llegarán al otro lado del espejo que lo seguimos leyendo, admirando y que su obra sigue viva entre nosotros.
Octavio Paz era un grandísimo poeta, pero al margen de esto también fue un ensayista muy brillante, incluso aún mejor ensayista que poeta y fue un traductor espectacular. En sus traducciones de por ejemplo Gerard de Nerval de las Quimeras, de sus traducciones de haikus japoneses de Basho, por supuesto por lengua interpuesta (no conocía el japonés), su conocimiento de culturas extrañas a la cultura occidental propiamente dicha, como la cultura india. Él estuvo en misión diplomática en la India y se trajo de allí todo un bagaje de conocimientos de la filosofía india y de la literatura escrita en sánscrito.
Al margen de eso tuvo mucha relación con España porque estuvo durante la guerra civil apoyando al bando republicano durante el congreso de intelectuales antifascistas de Valencia junto con su mujer Elena Garro, que era una grandísima dramaturga, de la que luego se separaría para casarse francesa, que es hoy su viuda, a la que conoció en su misión diplomática en la India.
Octavio Paz es un maestro verdaderamente sin paliativos, tiene una labor ejemplar a sus espaldas como la fundación de la revista Vuelta, en Ciudad de México, que ha sido una de las grandes revistas de la literatura española y es bueno rendirle homenaje. Comunicarle a través de las ondas que le llegarán al otro lado del espejo que lo seguimos leyendo, admirando y que su obra sigue viva entre nosotros.