Cristina Branco declara su amor al fado en "Idealist", su nuevo disco
- hace 10 años
La cantante portuguesa Cristina Branco presenta su nuevo disco “Idealist”. Dividido en tres CDs, este álbum recoge las mejores canciones de esta artista que comenzó su carrera hace 17 años en Amsterdam. El disco incluye tres nuevos temas, entre ellos, “Se fores nao chores por mim”.
“Quiero que mi camino se acerque ahora más al fado porque he madurado emocionalmente, porque ahora siento una intensidad diferente relacionada con el fado, una intensidad que antes era imposible sentir porque era más joven. Hoy, a mis cuarenta años, creo mucho más en el fado, me siento más cercana a él de lo que estaba antes”, explica la cantante.
El primer amor musical de Cristina Branco fue el jazz pero tras conocer, gracias a su abuelo, las canciones de Amália Rodrigues, todo cambió para ella.
“Hay autores que son muy importantes para mí, empezando por Amália, sus canciones provocaron un impacto muy grande en mi personalidad hace ya 20 años, un impacto que hizo que al final fuese imposible evitarla. Puedo decir que hoy estoy aquí porque escuché sus canciones un día, porque mi abuelo me hizo escucharla”, asegura.
Cristina Branco forma parte de una generación de cantantes portugueses que han querido transformar el fado tradicional explorando nuevos territorios lingüísticos y de estilo.
“Me gusta mucho trabajar en el estudio pero también cantar en directo, son dos momentos muy diferentes de mi vida profesional, explica. Antes prefería trabajar en el estudio pero después hubo un momento en el que prefería estar sobre el escenario. Me parece que esto va cambiando a medida que vas madurando. El estudio es el lugar en el que nacen las canciones, donde les damos forma, donde consigues estar a solas contigo misma y con los autores para saber qué es lo que querían decir exactamente con sus palabras y así poder entender la esencia de las canciones, de la música y de las palabras”.
“Quiero que mi camino se acerque ahora más al fado porque he madurado emocionalmente, porque ahora siento una intensidad diferente relacionada con el fado, una intensidad que antes era imposible sentir porque era más joven. Hoy, a mis cuarenta años, creo mucho más en el fado, me siento más cercana a él de lo que estaba antes”, explica la cantante.
El primer amor musical de Cristina Branco fue el jazz pero tras conocer, gracias a su abuelo, las canciones de Amália Rodrigues, todo cambió para ella.
“Hay autores que son muy importantes para mí, empezando por Amália, sus canciones provocaron un impacto muy grande en mi personalidad hace ya 20 años, un impacto que hizo que al final fuese imposible evitarla. Puedo decir que hoy estoy aquí porque escuché sus canciones un día, porque mi abuelo me hizo escucharla”, asegura.
Cristina Branco forma parte de una generación de cantantes portugueses que han querido transformar el fado tradicional explorando nuevos territorios lingüísticos y de estilo.
“Me gusta mucho trabajar en el estudio pero también cantar en directo, son dos momentos muy diferentes de mi vida profesional, explica. Antes prefería trabajar en el estudio pero después hubo un momento en el que prefería estar sobre el escenario. Me parece que esto va cambiando a medida que vas madurando. El estudio es el lugar en el que nacen las canciones, donde les damos forma, donde consigues estar a solas contigo misma y con los autores para saber qué es lo que querían decir exactamente con sus palabras y así poder entender la esencia de las canciones, de la música y de las palabras”.