La presión es enorme sobre Victor Yanukóvich. Después de tres semanas de protestas multitudinarias en las calles ucranianas y con la economía del país al borde de la bancarrota, el presidente ucraniano está obligado a tomar una decisión. Este martes, viajará a Moscú, donde le espera Vladimir Putin con una oferta de crédito para Ucrania bajo el brazo. Aunque el objetivo de Rusia es conseguir que Kiev opte por entrar en su Unión Aduanera, en lugar de firmar el famoso acuerdo de asociación con la Unión Europea.

Paralelamente, este lunes se reunirán en Bruselas los ministros de Exteriores de los Veintiocho con Ucrania como tema central. Una reunión a la que se sumará el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.

“Estamos muy preocupados cuando escuchamos algunas de las cosas que se dicen. Cuando me reuní con Yanukóvich mi objetivo era saber cuáles eran las cuestiones económicas a corto plazo que le impedían firmar el acuerdo y creo que podemos trabajar con él para resolver esas cuestiones”, dice la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.

En la Plaza de la Independencia de Kiev, este domingo se manifestaron unos 300.000 europeístas. Un día después, muchos siguen al pie del cañon a pesar del frío y la nieve. Mientras tanto, diputados del partido gobernante han pedido al primer ministro Azarov que proceda a una profunda reestructuración de su gabinete.